
no quiero salir de tu cama,
renunciar a tu cuerpo junto al mío sería un pecado mortal,
negar el calor que desprendo a tu lado, una mentira eterna.
La lluvia tibia sigue golpeando el cristal,
no puedo dejar de pensarte,
mis manos te buscan de nuevo,
mis labios buscando tu aliento...
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